Lo que no encaja.

Lo que no encaja.

Lo que no encaja. 720 484 estadosdelinconsciente

Algo no me dejaba dormir. Abrí un ojo, todavía era de noche. Volvía a estar atrapada en aquella agotadora sensación de lxs que habitamos eternamente la casilla de salida. En la calle todavía no había coches pero yo ya estaba allí, acompañada por todas las almas perdidas del mundo, pretendiendo buscarles un lugar, tratando de encontrar el mío.

Intentamos, desde que nacemos, sentirnos aceptados por el sistema. La familia, el grupo de amigxs, el equipo de trabajo, la sociedad… A veces lo conseguimos con éxito y otras no tanto. A esta imperante necesidad del ser humano por encajar en el mundo, Alfred Adler, la denominaba ficticia sensación de inferioridad. Yo, lejos de esta sesuda propuesta de la psicología individualista, la llamo la falsa sensación de volver a casa.  

En mi caso, nace con la inexplicable sensación de haber nacido lejos, muy lejos. Es un recurrente poso de inadaptación que reaparece cada cierto tiempo obligándome a comenzar la búsqueda de un camino que promete devolverme a un hogar que no conozco, a un lugar del que no recuerdo nada pero que me llama a gritos desde la más lejana de las profundidades, a un mundo que posiblemente todavía no exista pero en el que, estoy segura, ya he estado.

Esta enigmática sensación ha conseguido que, con el paso de los años, sienta una irresistible atracción por todo lo que no encaja. Creo que gran parte de la belleza reside en esas pequeñas divergencias que hacen que algo o alguien se sienta, en cierto modo, fuera de lugar. Aunque si de algo estoy segura es de que nadie escoge sentirse así sin que antes se le haya señalado o ignorado por diferente. Una afirmación a estas alturas algo vaga e incompleta, pero no por ello incierta.

A veces pienso que somos lxs inadaptadxs lxs que, sin darnos cuenta, hacemos crecer el universo con nuestra energía de colisión. Pero no éste, en el que nos creemos atrapadxs, sino todos y cada uno de los universos que todavía están por crear. Y digo todavía porque esa, posiblemente, sea nuestra misión.

– Te hartas de tantos imbéciles, perdedores y gilipollas.
– Ésa es nuestra gente.

Rebecca y Enid.

Ghost World.

Foto: Ghost World. Terry Zwigoff // Daniel Clowes

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