estadosdelinconsciente

Iria del Bosque

A CONTRAESENCIA

Últimamente, se me repite la pesadilla de haber nacido con un cupo finito de palabras, como en la vigilia sucede con mis óvulos. Y Dios sabe que me aterra más la esterilidad de no poder comunicarme, que aquella que llega con la edad.

Mi pensamiento, como el de tantas otras personas, funciona con imágenes: cada concepto, esquema, objeto o sujeto atraviesa un proceso consciente de traducción antes de ser revelado desde mi mundo al de un otro. Es como hablar en una lengua extranjera que sabes que nunca llegarás a dominar. Una conexión intersubjetiva condenada a exhalar emociones sin vida y tonalidades sin materia; una experiencia frustrante, colmada de matices confinados, qué sueño compartir —al menos— con lxs de mi misma condición.

Mentiría si dijese que no estoy cansada de esforzarme por hacerme entender: descifrar, transcribir, adaptar… Adaptar, adaptar, adaptar. Es en los espacios de esta repetición donde nace la cabezonería de seguir volcando en palabras, a contraesencia, este sentir atrapado. Donde nace este grito mudo que lucha por encontrar a lxs que, como yo, buscan tocar la palma de otra mano para irradiar el torrente abstracto que nos une.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *