Frente al espejo.

Frente al espejo.

Frente al espejo. 1822 892 estadosdelinconsciente

Últimamente, no se si víctima del confinamiento, de la luna llena en Libra o de mi intrínseco romanticismo decimonónico, empiezo a ver las relaciones –de todo tipo y condición- como extensiones de la relación que tenemos con nosotrxs mismxs.

Se que no estoy reflexionando sobre nada nuevo, incluso empezaré a escribir con menos información de la que podáis tener muchxs de vosotrxs, pero no deja de sorprenderme la idea de que, quizás, la mejor manera de conocernos es a través de nuestras reacciones –nunca mejor dicho- con quienes nos rodean.

¿Qué pasaría si probásemos a concebir como un espejo a las personas de nuestra vida?

No, no me refiero solo a esxs amigxs, compañerxs o colegas que nos hacen la vida más fácil. A esxs en lxs que ya sabemos de antemano que vamos a encontrar tranquilidad, cobijo o seguridad. Me refiero a esas personas que, ya sea porque las odias o amas de manera irracional – o por qué no decirlo, ambas –  te revientan de conflicto por dentro.

Ahora, sobre la marcha, creo que ya escribí sobre este tema en Amores platónicos y me doy cuenta de que al fin y al cabo, lo que une a una persona que te saca de quicio con un amor platónico, es que a ambas las tratamos desde el miedo, emoción a través de la cual sacamos a flote toda nuestra vulnerabilidad.

Como pasa esto, sin lugar a dudas, tiene una explicación científica. Para responder para qué pasa esto, siempre me gusta recurrir al lado más mágico del ser humano y poder así encontrarle a la vida un poquito más de chispa. Pero volvamos a esto de ver al otrx como un espejo y al reflejo de nuestra supuesta fragilidad. Tener la oportunidad de saber que se esconde tras nuestras reacciones, creo que es uno de los regalos más bonitos que nos pueden hacer todxs aquellxs que están en nuestro listado de personas a evitar.

Frente a esos espejos nos solemos ver reflejadxs como seres indefensxs, desprotegidxs, desnudxs… Como si pudiesen ver todo aquello que queremos esconder, pero ¿acaso pueden hacerlo? ¿O al ser simples espejos solo nosotrxs podemos ver ese reflejo que, en el fondo, necesitamos escondernos a nosotrxs mismxs?

¿Qué sucedería si probásemos a aceptar lo que escondemos?

¿Acaso es tan horrible visionar nuestras entrañas más profundas? Poder mirarlas con cariño, con ternura, con indulgencia… Poder aceptar que forman parte de nosotrxs, y ser conscientes de que para que nos habiten con orgullo y puedan ayudarnos a crecer, madurar y evolucionar, debemos llegar a un acuerdo que parta de la mutua aceptación.

Sentimos “x” ¿y qué?, reaccionamos “x” ¿y queeé? Probemos, cuando nos sintamos vulnerables, a aceptarlo, a abrazarnos por dentro, a tranquilizarnos porque algo de lo que debemos estar segurxs es de que NO PASA NADA. Porque no es más que una de las mil maneras que tenemos de decirnos “¡Eo! ¡Te has olvidado de esta parte de ti! ¡Estoy aquí, hazme caso!” Y así, desde esa aceptación y amor para con nosotxs, empezar a tirar del hilo para evolucionar de manera completa… aunque, ese, ya es otro cantar.

Las personas son como llaves que abren zonas nuestras que ni siquiera sabíamos que estaban ahí.”

Foodie Love.

Imagen: Foodie Love de Isabel Coixet.

Dejar una Respuesta